Tu perro recuerda más que lo que pensás
Por Virginia Morell 23 de noviembre de 2016, para ScienceMag
Traducción de Mauricio Taslik para Hop Adiestramiento
Por fin los científicos pueden tener una respuesta a una pregunta que todos los dueños de perros hacen: ¿Recuerda mi mascota las cosas que hacemos juntos? Cuando consideramos a los seres humanos, al menos, se cree que la capacidad de recordar conscientemente las experiencias personales y los eventos está vinculada a la autoconciencia. Esta capacidad le da forma a la manera en cómo pensamos sobre el pasado y cómo predecimos el futuro. Ahora un nuevo estudio sugiere que los perros también tienen este tipo de memoria, lo que indica que esta capacidad puede ser más común en más animales que los que se pensaba previamente.
El estudio “es un enfoque creativo para intentar capturar lo que está en la mente de un perro”, dice Alexandra Horowitz, una científica que trabaja en cognición canina en el Barnard College de la ciudad de Nueva York y que no participó en la investigación.
La idea de que los animales no humanos puedan recordar conscientemente cosas que han hecho o presenciado en el pasado, llamada memoria episódica, es controvertida, en gran parte porque se cree que estos animales no son conscientes de sí mismos. Pero los científicos han demostrado que especies como los arrendajos occidentales, los colibríes, las ratas y los grandes simios, es decir aquellas que necesitan recordar secuencias complejas de información para sobrevivir, cuentan con memoria “episódica”. Por ejemplo, los arrendajos recuerdan qué comida escondieron, dónde la escondieron, cuándo lo hicieron y quién estaba mirando mientras lo hacían.
¿Pero qué hay acerca de recordar cosas que no son estrictamente necesarias para la supervivencia o las acciones de otra persona? Para saber si los perros pueden recordar esos detalles, los científicos le pidieron a 17 propietarios que enseñasen a sus mascotas un truco llamado “haz lo que yo hago”. Los perros aprendieron, por ejemplo, que después de ver a su dueño saltar en el aire, deberían hacer lo mismo cuando se les ordenara “hacerlo”.
“Pero este hecho aislado no prueba la memoria episódica”, dice Claudia Fugazza, una etóloga de la Universidad Eötvös Loránd en Budapest, y autora principal del estudio. “Es necesario probarlos cuando no lo están esperando”.
Entonces, en la siguiente ronda de entrenamiento, los dueños le enseñaron a sus perros a echarse después de verlos hacer algo como tocar un paraguas abierto o subirse a una silla. Ya no se les exigía que imitaran inmediatamente. “Y luego los sorprendimos”, dice Fugazza. Una vez más, el propietario realizó una acción, pero esta vez recién después de que el perro se echó, ordenó: “¡Hazlo!” Entonces, el perro tuvo que recordar lo que había visto hacer a su dueño, aunque no esperaba que fuera necesario recordar la acción. Los perros fueron probados de esta manera tanto transcurrido 1 minuto como 1 hora más tarde de haber visto a sus dueños.
Los perros tuvieron éxito en 33 de 35 intentos. Eso sugiere que los perros tienen algo similar a la memoria episódica, reportan hoy Fugazza y su equipo en la publicación científica Current Biology. Pero cuanto los perros más esperan, más problemas tienen para recordar la acción. Eso es similar a lo que sucede con la memoria episódica humana, que decae a un ritmo más rápido cuando un evento no se registra intencionalmente, dicen los investigadores. Por ejemplo, es más probable que recuerde su primer beso que un abrazo de su cónyuge la semana pasada.
“Demuestra que nuestros perros recuerdan eventos como nosotros y revoluciona la manera tradicional en que la mayoría de los científicos caracterizarían la memoria animal” dice Brian Hare, experto en cognición canina de la Universidad de Duke en Durham, Carolina del Norte, quien tampoco estuvo involucrado en el estudio. “Los recuerdos de nuestros perros no se basan simplemente en la repetición y la recompensa”.
Descubrir que este tipo de memoria no es exclusiva de los humanos significa que “no evolucionó sólo en primates, sino que es una capacidad más difundida a través del reino animal”, dice Fugazza. De hecho, los loros, los delfines y las orcas podrían ser los siguientes en ser probados, porque otros investigadores ya han enseñado a estas especies el ejercicio de “haz lo que yo hago”. Lo más probable es que recuerden más de lo que pensamos.